“El que quiere nacer, tiene que destruir un mundo”
Hermann Hesse
Lo necesito. Repasar cada hecho, cada palabra, cada imagen construida a partir de un recuerdo. No puedo soltar la memoria de los momentos más dolorosos. Esos tiempos de palabras escupidas, de polvos en horario de consultorio y de plagas en los placares. De mierda en las paredes y en los corazones. Tiempos de observar y entenderlo todo. De mis silencios de chiquita que terminaron durando hasta grande.
Los repaso, como si abriera un álbum de fotos. Trato de que no se me escape una palabra, una mirada; que ningún cabo de esa historia que todavía vivo con lejanía y cercanía quede suelto.
Supongo que es la necesidad de volver a contarme esa historia una y otra vez hasta que me la pueda olvidar. Destrozarla, despedazarla. Hacerla poema, cuento o canción. Y que la maldición de la buena memoria quede encerrada en el espejo mientras yo salgo a caminar con mi reflejo, sonriente y aliviado de no cargar con las arrugas de un recuerdo cansado.
GOOD GOOD! VERY GOOD VERY GOOD! VERY GOOD IN DEED CERY GOOD IN DEED!
ResponderEliminarLa cuestión es darle alas...
ResponderEliminarMe gusto el blog, lo agregaré a mi listado de seguidos. Saludos.
Tan preciso... y precioso.
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