jueves, 4 de marzo de 2010

El infierno de una dama y otras banalidades

Nota de presentación

A quien quiera leer

Si hay algo que me caracteriza es que amo mucho. Amo con todo mi cuerpo, órganos, síntomas. Cuando amo, lo hago hasta la última gota.

Amo las historias. Amo las palabras, cuando quieren decir, amo las sonrisas, cuando las palabras no alcanzan a nombrar. Amo la música porque me salvó y porque vaya donde vaya, tenga lo que tenga, la música está allí, en todos lados. Llevándome para que la lleve.

Claro que amar tiene sus gajes. Claro que se le atribuye muchos otros sentimientos que tienen más que ver con la autopreservación que con el amor en sí. Ellos también viven en mí. Sin embargo, el amor logra reinar por sobre todas las cosas.

Por una razón muy simple: el amor es el motor del deseo, de los sueños. Del anhelo por una vida cada vez más nuestra y menos del Estado, de nuestros padres, o de lo que fuere. En el amor hay una constante afirmación de la vida.

Porque festejo que mi vida sea cada vez más mía, me parece un buen momento para compartir aquellos textos, relatos, ensayos, crónicas en los que me encontré contándome historias para entender la mía un poco más.

Con los pies sucios de tanto caminar y la sonrisa nerviosa de la primera vez, les doy la bienvenida a mi pequeño mundo hecho de palabras, mi jardín de textos. Bienvenidos


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