La ruta une como pegamento
mis escapes
de los muertos muertos
y de los muertos vivos.
Yo no sé nada de ella,
Yo sé de llenarme la mochila de cosas
Y de abrazar libros a la hora de dormir.
Pero a veces
La pistola que duerme en mi cabeza dispara y escupe
en la cara de quien durmió años.
Despierta el estruendo
que regurgita
en la basura del que no quiere
saber.